El invierno aquí tiene sus cosas interesantes...
Puede no nevar tanto como debería, o quizás mas bien como yo quisiera. Pero siempre se repite la escena típica: que baje la temperatura, cosa lógica en éstos páramos, y la niebla.
Hoy, mirando el empañado cristal, se me ha pasado por la cabeza una paradoja. Aquellos que conozcan juegos de estrategia donde radica el efecto de juego llamado "niebla" o zona oscura lo comprenderán un poco mejor. Me explico: en ésos juegos, la zona en la que te despliegas esta visible, mientras que el resto esta o bien oscuro o con un tono diferente en el que no se revela absolutamente nada... está en tinieblas o bajo la niebla de guerra.
Por un momento me he visto transportado a esos escenarios, donde tienes a la vista lo conocido o donde te ubicas, pero mas allá es desconocido. No supone temor a lo que se oculta ahi, si no mas bien un bloqueo o freno a tu visión. Entonces, ¿por qué la paradoja?. En realidad, deberia preocuparme por desconocer que hay mas allá; o quizás ser un freno que impida seguir adelante y cruzar la neblina que aparentemente nos intimida a quedarnos en donde podemos ver lo que hay.
Pero no es suficiente; últimamente, y pese a la jornada de reclusión por examenes y los ánimos tan poco dados a salir, he sentido la imperiosa necesidad de cruzar ese muro de humo y frio. Salir a la calle pese al frio y sumergirme para pensar, perder todo atisbo de miedo o duda y cruzarla supone dar un paso adelante; pero cuesta ponerme en marcha. Y doy por hecho que es algo normal y puede tener arreglo..
Bien, quiero arreglarlo ya; comenzar otro tipo de vida que no radique en nimiedades o la vagueza extrema. Ya va siendo hora, y esto no debe representar un manifiesto de mis actos, sino mi propia resolución a hacer las cosas y no sólo planteármelas.
Mañana empieza el 2º cuatrimestre de mi carrera; mañana vuevlo a una rutina que de sobra la tengo asumida y aborrecida. Pero mañana ya no será lo mismo...
Habré dado un paso finalmente dentro de la niebla de guerra; y como en aquellos juegos, se irá revelando a mi paso el terreno, los objetivos y las complicaciones que puedan haber. A cada paso, culminaré poco a poco la partida para que, al acabar, pase a la siguiente, totalmente desconocida aun en el punto de despliegue.
Pero ya habré cruzado la niebla.