A Soldier's Tale
Eran las 2 de la madrugada en el pequeño pueblecito de Colmar, en la francia aun ocupada...
En un salvaje punto de inflexión, las tropas alemanas se enfrentaban por el saboteo y control de unas instalaciones de artilleria antiaérea y varios vehículos. La fortuna no acompañaba en esa noche tan helada de noviembre, bajo la gélida nieve que anunciaba un frio destino para nosotros...
....estaba tan seguro de ello que lo podía notar en el ambiente como un escalofrío desolador....
Comenzó el ataque súbitamente. Los gritos de munición y de granadas se hacian eco en las agitadas calles de Colmar, acribillada a balazos y bañada en sangre intestinamente, en un árdid de cáncer que encarnábamos nosotros. Desde mi punto de tiro, aguantando la posición a duras penas con mi fiel 42, podía observar a mis compañeros avanzar a través de un destrozado puente, objetivo en los anteriores dias por la artilleria americana. El panorama era desolador por las decenas de granadas y hombres muriendo en ambos bandos... mas no hacía mella en los aguerridos corazones "panzer" de los soldados alemanes, quienes se lanzaban sin dudar hacia el objetivo ante el aluvión de rafagas de ametralladoras y descargas incesantes de fusiles.
Sin embargo, la refriega no había hecho nada mas que empezar... Una bala perdida silbó rozando mi casco, poniendo mis sentidos en alerta. Ya están aquí...
Aparecieron cruzando una esquina directos hacia mi posición. No dudé, no podía permitirme tal lujo. Sin darme cuenta siquiera, como si fuera automático, mi dedo se aferró al disparador como si la vida fuese en ello... y cuan cierto era.
Lo siguiente que noté fue el atronador tableteo de "martha", mi rugiente ametralladora. Como si una cortadora móvil se tratase, escupió fuego y metal en una melodía que no hasta mucho tiempo despúes comprendería como una dulce y a la vez siniestra melodía de muerte. El retroceso era como un bofetón que te devolvía a cada milésima de segundo a una desastrosa realidad de gritos y dolor, que podía no sólo escuchar sino ver a traves de la mira: escenas que nunca se borraran de mi mente, gestos horrorosos y alaridos que nunca dejaré de oirlos...
Quiero gritar y no puedo.. quiero soltar el gigantesco y pesado trozo de metal y lanzarme en su ayuda y no se mueven mis piernas; algo me aferra a seguir disparando, y no sólo el creciente número de silbidos y rebotes de proyectiles...
Vienen más, oigo disparos acercandose por el flanco derecho. De pronto, una lata humeante rebota ante mi posición desde cristo sabe donde. Espero una detonación y mi consiguiente muerte, cuando suena un chisporroteo lánguido y comienza a levantar humo...
"Mierda...."
No veo... menuda cagada.... no veo un carajao, pero sigo disparando por entre la cortina de humo y no puedo soltar el gatillo... y sigo sin ver nada...
Oigo más gritos en un inglés tan claro que suena mortal hasta oírlo; algo me impacta de golpe y su mera fuerza me mueve hacia atrás con muchísimo dolor... y sin embargo no he soltado el gatillo. Su mero retroceso me mantiene enganchado a ella, como si fuera una parte más de mi. "Martha" tiene que estar en las últimas en cuanto a munición y calentamiento del cañón, a pesar del frío....
Pero no puedo pensar en eso; en realidad no puedo pensar en ninguna cosa... no puedo dejar de apretar el disparador hasta que la munición se agote...
.... para entonces ser mi vida lo que se agote....
Hasta aquí un comienzo, el principio de un sucedáneo de historias que baso en mis partidas del Dod. Hace tiempo que no escribía respecto al tema.. concretamente desde la LGG, pero siempre fueron bien vistas y hasta la gente pedía mas...
Espero que os guste, y si queréis mas ya sabéis que decir...
Buenas noches, buena caza....
En un salvaje punto de inflexión, las tropas alemanas se enfrentaban por el saboteo y control de unas instalaciones de artilleria antiaérea y varios vehículos. La fortuna no acompañaba en esa noche tan helada de noviembre, bajo la gélida nieve que anunciaba un frio destino para nosotros...
....estaba tan seguro de ello que lo podía notar en el ambiente como un escalofrío desolador....
Comenzó el ataque súbitamente. Los gritos de munición y de granadas se hacian eco en las agitadas calles de Colmar, acribillada a balazos y bañada en sangre intestinamente, en un árdid de cáncer que encarnábamos nosotros. Desde mi punto de tiro, aguantando la posición a duras penas con mi fiel 42, podía observar a mis compañeros avanzar a través de un destrozado puente, objetivo en los anteriores dias por la artilleria americana. El panorama era desolador por las decenas de granadas y hombres muriendo en ambos bandos... mas no hacía mella en los aguerridos corazones "panzer" de los soldados alemanes, quienes se lanzaban sin dudar hacia el objetivo ante el aluvión de rafagas de ametralladoras y descargas incesantes de fusiles.
Sin embargo, la refriega no había hecho nada mas que empezar... Una bala perdida silbó rozando mi casco, poniendo mis sentidos en alerta. Ya están aquí...
Aparecieron cruzando una esquina directos hacia mi posición. No dudé, no podía permitirme tal lujo. Sin darme cuenta siquiera, como si fuera automático, mi dedo se aferró al disparador como si la vida fuese en ello... y cuan cierto era.
Lo siguiente que noté fue el atronador tableteo de "martha", mi rugiente ametralladora. Como si una cortadora móvil se tratase, escupió fuego y metal en una melodía que no hasta mucho tiempo despúes comprendería como una dulce y a la vez siniestra melodía de muerte. El retroceso era como un bofetón que te devolvía a cada milésima de segundo a una desastrosa realidad de gritos y dolor, que podía no sólo escuchar sino ver a traves de la mira: escenas que nunca se borraran de mi mente, gestos horrorosos y alaridos que nunca dejaré de oirlos...
Quiero gritar y no puedo.. quiero soltar el gigantesco y pesado trozo de metal y lanzarme en su ayuda y no se mueven mis piernas; algo me aferra a seguir disparando, y no sólo el creciente número de silbidos y rebotes de proyectiles...
Vienen más, oigo disparos acercandose por el flanco derecho. De pronto, una lata humeante rebota ante mi posición desde cristo sabe donde. Espero una detonación y mi consiguiente muerte, cuando suena un chisporroteo lánguido y comienza a levantar humo...
"Mierda...."
No veo... menuda cagada.... no veo un carajao, pero sigo disparando por entre la cortina de humo y no puedo soltar el gatillo... y sigo sin ver nada...
Oigo más gritos en un inglés tan claro que suena mortal hasta oírlo; algo me impacta de golpe y su mera fuerza me mueve hacia atrás con muchísimo dolor... y sin embargo no he soltado el gatillo. Su mero retroceso me mantiene enganchado a ella, como si fuera una parte más de mi. "Martha" tiene que estar en las últimas en cuanto a munición y calentamiento del cañón, a pesar del frío....
Pero no puedo pensar en eso; en realidad no puedo pensar en ninguna cosa... no puedo dejar de apretar el disparador hasta que la munición se agote...
.... para entonces ser mi vida lo que se agote....
Hasta aquí un comienzo, el principio de un sucedáneo de historias que baso en mis partidas del Dod. Hace tiempo que no escribía respecto al tema.. concretamente desde la LGG, pero siempre fueron bien vistas y hasta la gente pedía mas...
Espero que os guste, y si queréis mas ya sabéis que decir...
Buenas noches, buena caza....
posted by RulSnake at 10/20/2006 01:15:00 a. m.
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